EJERCICIO 2 (DE LA LISTA OFICIAL)
COMPARACIÓN DE LITOGRAFIAS
Como bien dice el prólogo de Manuel Toussaint (recomiendo leerlo), ambos libros son con un espejo el uno del otro. Sólo que uno es desde la vista de un extranjero, y el otro ya es una toma de la identidad nacional. En todo caso, sólo comparten en común cuatro oficios: el aguador, el evangelista, el sereno, y el cochero.
Aunque bien ambas representaciones le dan un aire muy solemne y ordenado a lo que en su momento vieron los autores (típico de la ilustración, los grabados y más específicamente la documentación europea), pareciera que el mexicano estaba buscando re dignificarse con retratos ya planeados con antelación. Véase en los detalles, en la calidad de una ilustración. Yo considero que los dibujos de Linati son bocetos. Dígamos, Linati es salir a la calle a dibujar personas sin su consentimiento. Las litografías de los mexicanos es el equivalente a hacer documentales sobre artesanos y comerciantes establecidos, no gente de la calle.
Y no es que uno esté bien y otro mal. Ambos son parte de nuestra identidad. Vamos, admitámoslo. Tanto lo formal, como lo informal. Y seamos realistas. Los privilegiados son una minoría cada vez más notoria.
Como sea, vamos con la comparación de litografías en específico. He preferido comparar las que se señalan en común en el texto del libro de Linati, para un juicio más justo.
EL AGUADOR
Cortesía del blog de Anairamdesign. |
Un empleo que ejercería alguien con estudios. Véase en la vestimenta. Hoy en día la mayoría de la población es letrada. Pero me imagino que en aquel entonces era más común pagarle a alguien para que te escribiera un recado.
Pero de todos modos, tiene que estar bajo el sol. Cubriéndose a penas de manera improvisada.
La litografía mexicana es completamente contraria. Alguien que cuenta con un despacho, o al menos con un escritorio a sombra (en el portal, más bien. Nótese otra vez la búsqueda de dignificación del oficio). Lo que sí, es que este es un empleo autogestivo (obsérvese cómo se narra el origen del evangelista). Los textos de Linati son una observación de un ente ajeno, pero los escritos por nuestros compatriotas, buscan ser anécdotas entretenidas para compartir.
independiente, y siempre tienen aprietos económicos. O no.
Cortesía del blog de Anairamdesign. |
Conozco la seña de los serenos bien. Pero no sabía que se llamaban así. La diferencia más notoria, es nuevamente la vestimenta. En la izquierda se ve un uniforme más elegante, y de cierta manera más a la europea. En la derecha se ve alguien que trabaja bajo una organización que no tiene muchos recursos. Pero, nuevamente, vemos un empleo propio de la comunidad. Sin que sea formalizado o sustentado correctamente, sino que es sostenido a base de propinas. Cosa no extraña en nuestro país. Aunque seas un trabajador del gobierno.
Porque ya no usamos lamparas de gas, todo está iluminado gracias a la electricidad. Pero las calles siguen siendo inseguras.
EL COCHERO
Cortesía del blog odisea2008 en Blogger |
Cortesía de Alamy stock |
Ahora el que se ve mejor uniformado es hombre retratado por Linati. Sin embargo, eso puede deberse a que es específicamente un cochero privado. Y en la litografía mexicana trataron de darle un aspecto más independiente, y de liderazgo. Su trabajo se describe como uno bastante sucio, y sin embargo en la ilustración se ve impecable. Linati más bien se dedica a criticar los modos de transporte comparados con los de Europa.
RECAMARERA / SIRVIENTA INDÍGENA
izq. cortesía del blog odisea 2008 der. cortesía de Michoacán histórico |
Linati se fija mucho en las cualidades sensuales de la mujer. Y en el otro texto se hace referencia a lo mismo, a ver a la muchacha como una figura de deseo. Pero en ambos casos se refiere a esta trabajadora como alguien que pasa por dificultades económicas, y por dicha razón se pone al servicio de gente más privilegiada. El retrato de Linati es de vestimenta más propio de la gente indígena. El otro busca un atuendo que sea más similar al promedio, más moderno. |
La pobreza, también es común y altamente presente. Está en todos lados, sólo que preferimos no mirar. El trabajo de la calle siempre ha estado presente en nuestra cultura. Y muchos aspectos se mantienen iguales a pesar de los siglos. Supongo que porque de ahí venimos.
La mayoría tiene que buscar un empleo informal o autogestivo en la calle para vivir. Bien tiene sus ventajas (como la poca responsabilidad y en su mayoría, nulo pago de impuestos. O sólo el pago de piso. La movilidad, el hecho de no tener que cuidar de un local como tal, o que no hay tanto riesgo de inversión). Pero no tienes respaldos legales de ningún tipo, ni vacaciones. Ni hablar de que hay que exponerse al clima, o las groserías de los clientes. Te expones a la calle en sí, a la ciudad.
Yo misma lo he experimentado. En los años de pandemia, obtuve ingresos nada despreciables vendiendo mis pertenencias usando redes sociales (me volví una "neni", como se les llama). Es todo un mundo, se los juro. Den una vuelta por las plazas y parques cerca de metro Hidalgo o Balderas en un sábado para que sepan de lo que hablo.
También mis padres la han sido re vendedores de multitud de mercancías. Un tiempo tuvimos un puesto en el mercado del pueblo. Pero, como ha sido costumbre hasta el año pasado, vendemos juguetes en el día de Reyes. En el mercado, también. Nos quedamos en el frío hasta la madrugada. Pero vale la pena. Porque ese dinero ayuda a solventar gastos.
Tengo un amigo que depende directamente de su puesto del mercado. Lo he acompañado en más de una tarde de domingo. Hasta cuando llueve a cántaros. Que es cuando más escabrosas se ponen las cosas para los comerciantes del mercado. Agua sucia por todos lados.
Otras desventajas del trabajo informal, es que tienes que gastar en comida rápida o para llevar mientras vendes, si es que te da tiempo de comer. Y al finalizar, te tienes que llevar el tambache de cosas que no se vendieron a casa.
En fin. La vida de tianguis es una que conozco bien. Porque la he visto por años. Y experimentado en primera persona. Aunque afortunadamente, no en condiciones tan precarias.
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